¿Quién eres?
Hablabas sin parar. Querías contarme quien eras.
¿Quién eras?
Seguía tu dialéctica. Académica.
Haciendo tu verso más interesante.
Interesante. ¿Sabes lo que significa? Nadie se atrevió a decírtelo.
No lo eres.
Seguías en tu empeño de sorprenderme. De provocar admiración. Por ser tú.
Nadie se atrevió a decírtelo. Que no lo eras.
Que no eras tú.
Trazas de un poco de allí. Trazas de pensamientos ajenos, con lo que habías construido una buena fortaleza. No era tuya.
Una buena construcción para los que se conforman con lo visible.
Rasque. Lo siento. Rasque con la curiosidad con la que araño las etiquetas de los botellines buscando el cristal.
Rasque. Encontré una pared de arena desmoronándose.
Tapaba mis pies. Llego hasta las rodillas.
Las lágrimas no eran suficientes para volver a construirte.
Escapabas entre los dedos.
Ahora arena.
Arena fina. Arena sorda.
Arena enterradora de vidas latentes.
Rechinan mis dientes con restos de arena.
Mañanas cubiertas. Lluvias barrosas.
Noches embarradas con la presencia de tus dunas.
Mis horas esparcidas en los restos de tu reloj de arena.
LOGICAMENTE
- KUA,khoi-khoi, kung, kamasi,hxaro, kauha,gauwasi,kia, n/um, KUA
- Jirafas, Leopardos y Búhos Lácteos. Llueve en el Kalahari.
- Tengo guardados millones de pasos para llegar a la Luna.
- En privado, juego a la primitiva.
- Barrí anoche las migajas de tu corazon de bacalao.
- Ay¡ ya no estas a mi lado. Que aplauda el silencio.
- La rana escribio un diario. Fue la razon de existir de Napoleon.
lunes, 26 de noviembre de 2007
SAUNA
Su pequeña puerta, con ventanuco de interior oscuro, desata el deseo de entrar.
Con la sola compañía de una toalla.
Protectora.
En pocos segundos arde la piel. Respiro sensaciones de desierto. Calor que se traslada a la sangre.
Tenue luz de bombilla habitando un rincón. Sus débiles filamentos cubren de color sepia mi cuerpo.
Me extiendo sobre las tablas ardientes.
Arqueo la espalda.
Quema.
Extiendo las piernas mezclando un casi dolor con un todo placer.
Se evapora la voluntad.
Aparecen las primeras gotas de sudor. Provocan escalofríos marcando así su camino.
El reloj de arena se vacía.
Como, si cada grano que cayera al vacío emanara en mi piel en forma de gota.
Mis manos libres resbalan sobre la piel mojada.
Se hacen pequeños charcos en los recovecos. Chapotean mis dedos.
Exhalo el hielo que todos llevamos.
Sube la temperatura convirtiéndolo en lluvia.
Hilos salados rastrean las comisuras. Caminos mojados bordean las carnosas montañas de los labios.
Labios guarida de la lengua que los relame .
Me saboreo.
Me reconozco.
Ha caído el último grano de arena por el casi inexistente espacio del reloj.
Marcho.
La luz amarillenta resalta las marcas en el sudario. Toalla memoria de mis formas.
Protectora.
Con la sola compañía de una toalla.
Protectora.
En pocos segundos arde la piel. Respiro sensaciones de desierto. Calor que se traslada a la sangre.
Tenue luz de bombilla habitando un rincón. Sus débiles filamentos cubren de color sepia mi cuerpo.
Me extiendo sobre las tablas ardientes.
Arqueo la espalda.
Quema.
Extiendo las piernas mezclando un casi dolor con un todo placer.
Se evapora la voluntad.
Aparecen las primeras gotas de sudor. Provocan escalofríos marcando así su camino.
El reloj de arena se vacía.
Como, si cada grano que cayera al vacío emanara en mi piel en forma de gota.
Mis manos libres resbalan sobre la piel mojada.
Se hacen pequeños charcos en los recovecos. Chapotean mis dedos.
Exhalo el hielo que todos llevamos.
Sube la temperatura convirtiéndolo en lluvia.
Hilos salados rastrean las comisuras. Caminos mojados bordean las carnosas montañas de los labios.
Labios guarida de la lengua que los relame .
Me saboreo.
Me reconozco.
Ha caído el último grano de arena por el casi inexistente espacio del reloj.
Marcho.
La luz amarillenta resalta las marcas en el sudario. Toalla memoria de mis formas.
Protectora.
miércoles, 7 de noviembre de 2007
QUIERO SER IDIOTA
Quiero ser idiota.
Idiota que deja a los listos colarse en cualquier fila que esperen.
Que ganan un tiempo que no saben utilizar.
Poniéndose de nuevo en filas para colarse de nuevo.
Afinándose más su caras de cuervo.
Quiero ser idiota.
Idiota de estómago encogido cuando ve a un vagabundo tirado en la calle.
Recibiendo los golpes de miradas despreciables envueltas en deseo de hacerle
Desaparecer.
Quiero ser idiota.
Idiota de sonrisa enorme dedicada a los días soleados.
Quiero ser idiota.
Idiota, tremendamente idiota chapoteando en los charcos de lluvia.
Quiero ser idiota.
Idiota muda ante la sabiduría de la mayoría de la gente.
No tengo palabras cuando los demás no tienen dudas.
Quiero ser idiota.
Idiota que cree en el amor.
¡Que idiotez!
Quiero ser idiota.
Idiota de memoria inútil para no olvidarme de otros idiotas.
Quiero ser idiota.
Idiota que chupa los vasos de yogur.
Quiero ser idiota
Idiota por no limpiar las lágrimas cuando el corazón se resfría.
Quiero ser idiota.
Idiota .
Idiota que deja a los listos colarse en cualquier fila que esperen.
Que ganan un tiempo que no saben utilizar.
Poniéndose de nuevo en filas para colarse de nuevo.
Afinándose más su caras de cuervo.
Quiero ser idiota.
Idiota de estómago encogido cuando ve a un vagabundo tirado en la calle.
Recibiendo los golpes de miradas despreciables envueltas en deseo de hacerle
Desaparecer.
Quiero ser idiota.
Idiota de sonrisa enorme dedicada a los días soleados.
Quiero ser idiota.
Idiota, tremendamente idiota chapoteando en los charcos de lluvia.
Quiero ser idiota.
Idiota muda ante la sabiduría de la mayoría de la gente.
No tengo palabras cuando los demás no tienen dudas.
Quiero ser idiota.
Idiota que cree en el amor.
¡Que idiotez!
Quiero ser idiota.
Idiota de memoria inútil para no olvidarme de otros idiotas.
Quiero ser idiota.
Idiota que chupa los vasos de yogur.
Quiero ser idiota
Idiota por no limpiar las lágrimas cuando el corazón se resfría.
Quiero ser idiota.
Idiota .
lunes, 17 de septiembre de 2007
RECUERDAS
¿RECUERDAS CUANDO, UNA NOCHE AVANZADA
Y DELANTE DEL PORTAL DE TU CASA,
ESTABA PONIÉNDOSE LA LUNA TRAS LOS TEJADOS DE
MADRID Y TU AMIGO DECIA: "¿ES QUE NO ES ESPANTOSO
TODO ESTO?
¿LA VIDA, EL TRABAJO, EL DINERO, EL EXITO, EL AMOR?"?
TU RESPONDIAS: "SI, SI".
"¿Y AL FINAL DE TODO LA MUERTE?
¿NO SERÍA MEJOR PEGARSE UN TIRO?"
TÚ RESPONDÍAS: "SI, SI". NO ENTENDÍAS
QUE SÓLO ESA ANGUSTIA ERA LA BELLEZA, LA LUZ,
LA SAL DE LA VIDA.
DESPUÉS, NATURALMENTE, TE OLVIDABAS.
EL SUEÑO, EL ALCOHOL, LA JUVENTUD.
LO DESECHABAS.
TAMBIÉN AQUÍ, POR LA NOCHE, LOS AMIGOS SE
ACOMPAÑAN HASTA SU CASA, ALTERNATIVAMENTE,
Y HABLAN SIN PARAR, SIN INTERRUPCIÓN,
AUNQUE ESTÉ PROHIBIDO,
RECORDANDO, RECORDANDO,
¡OH, LA PERDIDA CONGOJA, LAS PESADILLAS, LA
ANGUSTIA, LOS DOLORES SOCIALES PERDIDOS!
AQUÍ TODOS ESTÁN SANOS, IGUALES, APAGADOS.
¡QUERIDA INFELICIDAD!
Y DELANTE DEL PORTAL DE TU CASA,
ESTABA PONIÉNDOSE LA LUNA TRAS LOS TEJADOS DE
MADRID Y TU AMIGO DECIA: "¿ES QUE NO ES ESPANTOSO
TODO ESTO?
¿LA VIDA, EL TRABAJO, EL DINERO, EL EXITO, EL AMOR?"?
TU RESPONDIAS: "SI, SI".
"¿Y AL FINAL DE TODO LA MUERTE?
¿NO SERÍA MEJOR PEGARSE UN TIRO?"
TÚ RESPONDÍAS: "SI, SI". NO ENTENDÍAS
QUE SÓLO ESA ANGUSTIA ERA LA BELLEZA, LA LUZ,
LA SAL DE LA VIDA.
DESPUÉS, NATURALMENTE, TE OLVIDABAS.
EL SUEÑO, EL ALCOHOL, LA JUVENTUD.
LO DESECHABAS.
TAMBIÉN AQUÍ, POR LA NOCHE, LOS AMIGOS SE
ACOMPAÑAN HASTA SU CASA, ALTERNATIVAMENTE,
Y HABLAN SIN PARAR, SIN INTERRUPCIÓN,
AUNQUE ESTÉ PROHIBIDO,
RECORDANDO, RECORDANDO,
¡OH, LA PERDIDA CONGOJA, LAS PESADILLAS, LA
ANGUSTIA, LOS DOLORES SOCIALES PERDIDOS!
AQUÍ TODOS ESTÁN SANOS, IGUALES, APAGADOS.
¡QUERIDA INFELICIDAD!
lunes, 18 de junio de 2007
SUPLANTAR
He suplantado quien soy. No me ha costado nada. Me he desdoblado y vuelto a doblar del revés. Mi tamaño humano ha pasado de grande a pequeño. Mi conciencia y sentido critico cosidos en el dobladillo de mi nuca. Mi cinismo de occidental a veces me juega malas pasadas y sufro por los que sufren. Me desconecto rápidamente.
He suplantado a quien habitaba en mí. Ahora sólo hay eco. Sucio y denso. Dejo que habite el silencio, las palabras están malditas. Malditas las bocas que las regalan como vales descuento.
He suplantado a quien habitaba en mí. Ahora sólo hay eco. Sucio y denso. Dejo que habite el silencio, las palabras están malditas. Malditas las bocas que las regalan como vales descuento.
jueves, 7 de junio de 2007
DESEANDO AMAR
Pregunto a las horas que pasan y me recuerdan que están deseando amar. ¿A que tengo que dar nacimiento este deseo?. No contestan. Se callan, como yo hago callar los calambres de mi estómago, y vuelve el silencio del tiempo de unas horas que me recuerdan que están deseando amar.
lunes, 28 de mayo de 2007
SOBRAN LAGRIMAS
Sobran lágrimas. Van cayendo sin poder ser lo que no son. Lagrimas de sal que secaran los mares. No habrá vida.
Sobran lágrimas en ojos que espían horizontes sin voluntad.
Sobran lágrimas. Tristeza bebiendo lluvia.
Sobran lágrimas, resbalan por mi piel borrando recuerdos tatuados, llevándose tu perfume cuando te respiraba.
Sobran lágrimas, inundan mi cuerpo desierto de latidos. Corazón que pesas tan poco, vuelas ya junto a la locura. Vuelan lejos del dolor.
Sobran lágrimas, las saca el vacío que lo ha llenado todo. Daré lo que ya no espero.
Sobran lágrimas, traspasan mi espacio, mí tiempo. Volver a lo que fui.
Sobran lágrimas, empañando los días, es que no ves, estoy aquí.
Sobran lágrimas, gotean sobre besos con alma. Cuando los quise no los pedí.
Sobran lágrimas en ojos que espían horizontes sin voluntad.
Sobran lágrimas. Tristeza bebiendo lluvia.
Sobran lágrimas, resbalan por mi piel borrando recuerdos tatuados, llevándose tu perfume cuando te respiraba.
Sobran lágrimas, inundan mi cuerpo desierto de latidos. Corazón que pesas tan poco, vuelas ya junto a la locura. Vuelan lejos del dolor.
Sobran lágrimas, las saca el vacío que lo ha llenado todo. Daré lo que ya no espero.
Sobran lágrimas, traspasan mi espacio, mí tiempo. Volver a lo que fui.
Sobran lágrimas, empañando los días, es que no ves, estoy aquí.
Sobran lágrimas, gotean sobre besos con alma. Cuando los quise no los pedí.
miércoles, 23 de mayo de 2007
RELLENANDO AGUJEROS
Que tenemos una misión en la vida, es algo no muy científico, ni racional, que más da. Al final cuenta como se siente uno, aunque sea como un extraterrestre. He llegado a la conclusión que la mía es rellenar agujeros. Agujeros del alma. Rellenar almas que se van cruzando en mi vida. Mi fatigado sentido de la vida, de querer hacerla diferente, hace que mi generosidad sea extrema. Como se trata de una convicción no me cuesta. Esta virtud panfletaria tan sólo consiste en no pedir nada a cambio a nadie. Estar por querer estar. Entonces la vida fluye. El contrapunto es que todo se acaba. Los agujeros se llenan y las almas marchan completas por algún tiempo. Yo me quedo esperando a la próxima.
Relleno AGUJEROS, ponerse en contacto con………
Relleno AGUJEROS, ponerse en contacto con………
lunes, 21 de mayo de 2007
OLVIDADO PATITO DE GOMA
La casa donde me crié era una corrala, con todo el tufillo castizo de los Madriles. Las casas eran tan pequeñas que te obligaban a estar en los pasillos. Pasillos comunes en los que la convivencia no dejaba de ser otra casa compartida con el resto de los vecinos. Vecinos en estrecha convivencia no exenta de problemas. Problemas en las estrechas escaleras, que subías asomándote por la ventanas de las cocinas. Cocinas que no tenían ninguna intimidad. Intimidad anulada por aquellas vidas sólo al exterior. Exteriores eran los baños, o más bien retretes, uno por cada planta.
El casero decidió cerrar aquellos retretes, animado por una denuncia de urbanismo, e instalar un servicio en cada uno de aquellos hogares. Hogares con servicio, no llegaban a ser baños, no existía la bañera. Bañeras ausentes, pero presentes en el imaginario de los vecinos.
Se armó un gran revuelo, aquel sábado por la mañana, cuando el casero se presentó con una gran caja. Caja que contenía con mis ojos infantiles, millones de patitos de goma. Patitos de goma para todos los niños de la corrala. Celebraba así el casero el final de las obras de reforma.
A nuestros mayores aquel gesto no les pareció bien, muchos de aquellos patitos de goma fueron lanzados al patio, emitían un pitido cuando chocaban contra el suelo. Suelo salpicado de manchas amarillas que encogían el alma. Alma sensible era la de mi madre, que desobedeciendo las órdenes de mi padre dejo que me lo quedara en secreto. En secreto lo sacaba todas las noches de una caja de zapatos, de debajo de la cama. En la cama con una linterna bajo las mantas le prometía que pronto tendríamos una bañera en la que pudiera flotar.
La luz pobre de mi linterna, hacia que su amarillo fuera mas intenso. Intenso era el rojo de su pico, en el que se dibujaba una sonrisa. Sonrisa me provocaban sus grandes ojos tiernos y sus grandes pestañas, mirándome dulcemente.
Aquel rito nocturno poco a poco fue desapareciendo. Desapareciendo la necesidad que tenían mis manos de tocar aquella suave superficie de mi patito de goma. Patito de goma que fue olvidado en su caja de zapatos en un rincón de armario.
Después de una larga espera, mis padres decidieron añadir una bañera a aquel servicio. Servicio que pasaría a ser cuarto de baño. Cuarto de baño que se estaba construyendo con la llegada de una mini bañera. Bañera que me hizo buscar en el olvido a mi patito de goma.
Mi padre no llegó a comprender como una bañera podía hacerme tanta ilusión. Ilusión que interpreto con que pudiera tener algún problema. Problema era no recordar el rincón donde escondí al patito en secreto.
Las obran finalizaron, llegó el momento de bañarse, aquel acto tan vulgar se vivió como una fiesta. Fiesta era la que tenia preparada a mi patito guardado en su caja de zapatos. Caja de zapatos que no quise abrir para que no viera la sorpresa. Sorpresa la que se llevaría, había comprado un jabón súper espumoso para que flotara entre pompas de jabón multicolor.
La inauguración la hizo mi padre con prisas para no gastar agua. Agua abundante es la que utilizó mi madre dejando el baño impregnado de lavanda y vapor. Aquel vapor se pegaba a mi cara y a la tapa de la caja de zapatos.
Llene la mini bañera, me metí encogiendo las piernas para dejar espacio a mi patito de goma. Patito de goma ignorante de lo que le se iba a encontrar. Encontrarle en la caja no fue fácil, lo había guardado rodeado de algodón. Algodón que se había convertido en una especie de polvo casi cenizas.
Mis dedos lo encontraron entre aquellos desechos. Desechos estaban sus rasgos, su pico ya no era de intenso rojo. Rojo convertido en rosa sucio. Sucios sus ojos desdibujados. Desdibujada su pestañas dulces. Dulce amarga su sonrisa .
Eche jabón en el agua para limpiarlo, desaparecieron los pocos rasgos que le quedaban. La suavidad del jabón no conseguía convertir en suave aquel patito de goma cuarteada por el tiempo.
De sus casi inexistentes ojos cayo una lágrima turbia. Turbia se volvió el agua de aquella bañera. Bañera en la que flotaban trozos de goma cuarteada. Cuarteada se quedo la bañera cuando la vacié soltando el tapón del desagüe. Desagüe que se llevo a mi patito de goma.
Mi padre nunca consiguió que le contara mi secreto. Secreto que me costo un gran castigo por cargarme la bañera. Bañera en la que ya únicamente me ducho.
El casero decidió cerrar aquellos retretes, animado por una denuncia de urbanismo, e instalar un servicio en cada uno de aquellos hogares. Hogares con servicio, no llegaban a ser baños, no existía la bañera. Bañeras ausentes, pero presentes en el imaginario de los vecinos.
Se armó un gran revuelo, aquel sábado por la mañana, cuando el casero se presentó con una gran caja. Caja que contenía con mis ojos infantiles, millones de patitos de goma. Patitos de goma para todos los niños de la corrala. Celebraba así el casero el final de las obras de reforma.
A nuestros mayores aquel gesto no les pareció bien, muchos de aquellos patitos de goma fueron lanzados al patio, emitían un pitido cuando chocaban contra el suelo. Suelo salpicado de manchas amarillas que encogían el alma. Alma sensible era la de mi madre, que desobedeciendo las órdenes de mi padre dejo que me lo quedara en secreto. En secreto lo sacaba todas las noches de una caja de zapatos, de debajo de la cama. En la cama con una linterna bajo las mantas le prometía que pronto tendríamos una bañera en la que pudiera flotar.
La luz pobre de mi linterna, hacia que su amarillo fuera mas intenso. Intenso era el rojo de su pico, en el que se dibujaba una sonrisa. Sonrisa me provocaban sus grandes ojos tiernos y sus grandes pestañas, mirándome dulcemente.
Aquel rito nocturno poco a poco fue desapareciendo. Desapareciendo la necesidad que tenían mis manos de tocar aquella suave superficie de mi patito de goma. Patito de goma que fue olvidado en su caja de zapatos en un rincón de armario.
Después de una larga espera, mis padres decidieron añadir una bañera a aquel servicio. Servicio que pasaría a ser cuarto de baño. Cuarto de baño que se estaba construyendo con la llegada de una mini bañera. Bañera que me hizo buscar en el olvido a mi patito de goma.
Mi padre no llegó a comprender como una bañera podía hacerme tanta ilusión. Ilusión que interpreto con que pudiera tener algún problema. Problema era no recordar el rincón donde escondí al patito en secreto.
Las obran finalizaron, llegó el momento de bañarse, aquel acto tan vulgar se vivió como una fiesta. Fiesta era la que tenia preparada a mi patito guardado en su caja de zapatos. Caja de zapatos que no quise abrir para que no viera la sorpresa. Sorpresa la que se llevaría, había comprado un jabón súper espumoso para que flotara entre pompas de jabón multicolor.
La inauguración la hizo mi padre con prisas para no gastar agua. Agua abundante es la que utilizó mi madre dejando el baño impregnado de lavanda y vapor. Aquel vapor se pegaba a mi cara y a la tapa de la caja de zapatos.
Llene la mini bañera, me metí encogiendo las piernas para dejar espacio a mi patito de goma. Patito de goma ignorante de lo que le se iba a encontrar. Encontrarle en la caja no fue fácil, lo había guardado rodeado de algodón. Algodón que se había convertido en una especie de polvo casi cenizas.
Mis dedos lo encontraron entre aquellos desechos. Desechos estaban sus rasgos, su pico ya no era de intenso rojo. Rojo convertido en rosa sucio. Sucios sus ojos desdibujados. Desdibujada su pestañas dulces. Dulce amarga su sonrisa .
Eche jabón en el agua para limpiarlo, desaparecieron los pocos rasgos que le quedaban. La suavidad del jabón no conseguía convertir en suave aquel patito de goma cuarteada por el tiempo.
De sus casi inexistentes ojos cayo una lágrima turbia. Turbia se volvió el agua de aquella bañera. Bañera en la que flotaban trozos de goma cuarteada. Cuarteada se quedo la bañera cuando la vacié soltando el tapón del desagüe. Desagüe que se llevo a mi patito de goma.
Mi padre nunca consiguió que le contara mi secreto. Secreto que me costo un gran castigo por cargarme la bañera. Bañera en la que ya únicamente me ducho.
jueves, 26 de abril de 2007
No te enteras.
Lo peor de la soledad, es que no te enteras. Te va cubriendo, como el polvo se deposita en los libros que no se leen. Nadie busca en las páginas de tu vida, ni en las comas de tus gestos. Menos aún en el punto y aparte de tus pensamientos, ni mencionar lo que encierran las comillas de tus deseos.
Lo peor de la soledad, es que no te enteras.
Lo peor de la soledad, es que no te enteras. Te va cubriendo, como el polvo se deposita en los libros que no se leen. Nadie busca en las páginas de tu vida, ni en las comas de tus gestos. Menos aún en el punto y aparte de tus pensamientos, ni mencionar lo que encierran las comillas de tus deseos.
Lo peor de la soledad, es que no te enteras.
martes, 17 de abril de 2007
HOY ES DOMINGO
A lo lejos sonaba el tambor que Rogelio le había regalado a Serafín. No tenía por costumbre hacer regalos. Le incomodaban esas obligaciones absurdas, sobre todo el gran esfuerzo de acordarse de las fechas señaladas. Está vez la ocasión merecía saltarse sus propias normas. Serafín que era su sobrinito más pequeño, había decido romper la promesa que había mantenido durante dieciséis años.
El domingo anterior, cuando todos volvieron de misa, se encontraron con Serafín. En su cara se concentraba todo su ser, concretamente en sus ojos, que habían permanecido cerrados desde que Televisión Española resolvió que Heidi había cumplido más que de sobra su periplo. No supieron como reaccionar ante su mirada. Se sentían incómodos, como si les observara alguien extraño. Se sentían desnudos y el rubor les atontecía mientras sus cuerpos chocaban entre si en busca de algo que les tapara.
De la cortina de la ventana de aquel salón, apunto de saltar de la barra que la sujetaba, asomaban tres cabezas con sonrisas de cartón. En un rincón arropado por un trapo de ganchillo, asomaban las mangas de un traje de chaqueta azul marengo. Bajo el marco de la puerta Rogelio esbozaba una mueca cerca de la sonrisa. Sus manos tapaban sutilmente su pubis.
Los ojos de aquel muchacho parpadeaban tan rápido que llevó a todos a un estado de hipo contagioso. Aquellas convulsiones y el parpadeo en perfecta comunión se convirtieron en un solo estado. Él parpadeaba, ellos hipaban.
Rogelio entre hipo e hipo, intentaba hablar con Serafín, pues acompañada de aquella ceguera voluntaria la sombra del silencio le había cobijado durante años.
Abandonada su guarida se encontró rodeado de personas que había olvidado, incapaz de reconocerlas por aquellos ruiditos que no paraban de soltar. La voz de Rogelio le situaba en su realidad llena de voces. Voces que eran aquellas personas.
Pasaron los días sin que nada cambiara y el agotamiento era extremo. Comer y beber se habían convertido en un auténtico malabarismo, el cuarto de baño era una letrina asquerosa .Serafín junto al incansable parpadeo acompañaba su silencio golpeando con las manos cualquier superficie. La alegría de verle los ojos se iba trastocando en el deseo de volvérselos a cerrar.
El sábado su madre se abalanzó sobre el televisor que había permanecido apagado dieciséis años. Cayendo dos lagrimones por sus mejillas, su dedo de enhebrar agujas empujo el botón de encendido. Un fogonazo gris iluminó el salón y aparecieron en la pantalla unos personajes borrosos.
Cesaron los parpadeos ante aquel mundo en blanco y negro. Se pararon los hipos.
Hoy domingo Serafín acompaña las sintonías de los anuncios de la tele con el tambor que Rogelio le regalo. La vida es una comparsa, ha dicho cuando le han dejado sólo.
El domingo anterior, cuando todos volvieron de misa, se encontraron con Serafín. En su cara se concentraba todo su ser, concretamente en sus ojos, que habían permanecido cerrados desde que Televisión Española resolvió que Heidi había cumplido más que de sobra su periplo. No supieron como reaccionar ante su mirada. Se sentían incómodos, como si les observara alguien extraño. Se sentían desnudos y el rubor les atontecía mientras sus cuerpos chocaban entre si en busca de algo que les tapara.
De la cortina de la ventana de aquel salón, apunto de saltar de la barra que la sujetaba, asomaban tres cabezas con sonrisas de cartón. En un rincón arropado por un trapo de ganchillo, asomaban las mangas de un traje de chaqueta azul marengo. Bajo el marco de la puerta Rogelio esbozaba una mueca cerca de la sonrisa. Sus manos tapaban sutilmente su pubis.
Los ojos de aquel muchacho parpadeaban tan rápido que llevó a todos a un estado de hipo contagioso. Aquellas convulsiones y el parpadeo en perfecta comunión se convirtieron en un solo estado. Él parpadeaba, ellos hipaban.
Rogelio entre hipo e hipo, intentaba hablar con Serafín, pues acompañada de aquella ceguera voluntaria la sombra del silencio le había cobijado durante años.
Abandonada su guarida se encontró rodeado de personas que había olvidado, incapaz de reconocerlas por aquellos ruiditos que no paraban de soltar. La voz de Rogelio le situaba en su realidad llena de voces. Voces que eran aquellas personas.
Pasaron los días sin que nada cambiara y el agotamiento era extremo. Comer y beber se habían convertido en un auténtico malabarismo, el cuarto de baño era una letrina asquerosa .Serafín junto al incansable parpadeo acompañaba su silencio golpeando con las manos cualquier superficie. La alegría de verle los ojos se iba trastocando en el deseo de volvérselos a cerrar.
El sábado su madre se abalanzó sobre el televisor que había permanecido apagado dieciséis años. Cayendo dos lagrimones por sus mejillas, su dedo de enhebrar agujas empujo el botón de encendido. Un fogonazo gris iluminó el salón y aparecieron en la pantalla unos personajes borrosos.
Cesaron los parpadeos ante aquel mundo en blanco y negro. Se pararon los hipos.
Hoy domingo Serafín acompaña las sintonías de los anuncios de la tele con el tambor que Rogelio le regalo. La vida es una comparsa, ha dicho cuando le han dejado sólo.
sábado, 7 de abril de 2007
ILUSION
Una obra de teatro llamada "Ilusion".Me apetecia. Me apetecia que me ilusionaran, pero se quedo en la magia. La obra fue espléndida, redonda en su dificultad, con equilibrio y bien resuelta. Después de disfrutar de esa maravilla y unas cuantas cañas, comencé a darle vueltas al significado de ilusión. Resolvi que actualmente tenemos más magia que ilusión. Todo es alcanzable por arte de magia, es posible. La espera se ha eliminado, cargandose el valor de las cosas que anhelamos. Nuestros deseos deben ser complacidos en el acto, en caso contrario buscaremos los resquicios que existan para que ocurra y sino el placebo socorre en estos casos. La ilusión queda para los románticos, esa gente única y especial, "Raros". Personas que aun archivan en su memoria valores, evitando que se les globalice. Me han dicho que en muchos libros se oculta una cantidad importante de ilusión. Después de unas cuantas cañas más, he resuelto que mis ahorros los voy a destinar a alguna empresa dueña de parques temáticos que cotice en Bolsa, en algún lugar tendremos que buscar la ilusión.
jueves, 5 de abril de 2007
PALABRAS
Desfilaban en mis sueños palabras en una formación perfecta. Militar. El paso que marcaban al unísono retumbaba en mis oídos. Me secaba la boca. Se encontraban delante de mí, con una sobriedad paralizante, y no podía pronunciarlas. Hundí la cabeza buscando un suave reposo, huyendo de esa pesadilla, pero la almohada era realmente dura.
Estaba tumbada sobre el negro asfalto de una carretera en la nada. No existían paisajes que la rodearan, sólo cielo, un cielo oscuro. Amenazaba tormenta. Las palabras se acercaban con una clara intención arrolladora. Me anticipe abalanzándome sobre ellas, rompí aquella falange, hice saltar sus consonantes, pisotee las vocales, engullí los acentos.
Rodeada de un sin sentido, sentí clavarme las esquinas de una L, que agitada daba coletazos de rabia por no saber estar sola. La arrastre juntándola con una S. En sus curvas no podría encontrar acomodo.
Quiso acompañarnos la lluvia. Me reconfortaba sentirla. Abrí la boca y exhalando un gran alarido calme la sed. Caían grandes gotas golpeando a las letras rendidas, ya, a no existir.
El caos que ahora tenia delante eliminaba mi desasosiego. Ahora a mi merced juntaría aquellas letras. Las grandes con las pequeñas, las góticas con las de imprenta, las arial con las antiqua. Quite el subrayado de algunas dejando que cayeran en su poca existencia. Estire a las cursivas vulgarizándolas.
Empecé a formar palabras. Palabras conocidas que habían habitado en mi. La primera fue LAGRIMAS, en una formación curiosa. La M sufría gigantismo. Una vez hecha la arrastre hasta un gran charco que la tormenta había dejado a la orilla de la carretera. Allí la ahogue sin dudas.
La segunda fue ESPERA. Até aquellas letras fuertemente con ramas que fui encontrando. Construí una especie de rueda con ellas. Lanzándola por un gran barranco,rebotó alocadamente hasta aquel fondo. Escuche un chasquido. La P se había quebrado y el resto se había perdido.
La tercera fue AYER. Las amontone con cuidado, hasta con mimo. Cogí una gran piedra y la coloque encima de ellas para que no pudieran liberarse.
Busqué letras minúsculas, insignificantes, que cupieran en mi mano. No fue fácil. Letras excesivas tapaban sus pequeñas formas. Escarbé hiriéndome los dedos hasta poder encontrarlas. Eran suaves, aterciopeladas. Tenían un brillo especial. Las junte y la cuarta fue AMOR.
Entonces hubo calma en la tormenta. El silencio resaltaba su existencia. Separé la letra A y dejé el resto como principio de palabras banales como MORCILLA, o venenosas como MORTAL. Un trueno me hizo estremecer. Sentí miedo. Volví a recomponer la palabra. Puede ser que con algunas no se pueda jugar y sabía que esta era poderosa. Pero ahora estaba a mi disposición. La rompí en pedazos hasta dejarla irreconocible. Ahora ya no podía llorar, había ahogado las LAGRIMAS. No pude ESPERAR porque la había despeñado, ni formaba parte de mi AYER puesto que lo había aplastado.
Me flaqueaban las fuerzas. Conseguí con gran esfuerzo juntar FUEGO con letras nerviosas. Las lancé al aire envueltas en llamas y cayeron sobre aquel abecedario desordenado, como si del mismo Averno surgieran las llamas que las devoraban tocando casi aquel oscuro cielo. En mi abandono, mi mano izquierda se abrió, dejando ver tres muy pequeñas letras que había guardado con gran recelo, las junte formando FIN, con mucho cuidado las puse sobre mi lengua y las trague con decisión. Me abracé a los restos de un gran S, que pudo ser parte de SIEMPRE o de SOLEDAD
Estaba tumbada sobre el negro asfalto de una carretera en la nada. No existían paisajes que la rodearan, sólo cielo, un cielo oscuro. Amenazaba tormenta. Las palabras se acercaban con una clara intención arrolladora. Me anticipe abalanzándome sobre ellas, rompí aquella falange, hice saltar sus consonantes, pisotee las vocales, engullí los acentos.
Rodeada de un sin sentido, sentí clavarme las esquinas de una L, que agitada daba coletazos de rabia por no saber estar sola. La arrastre juntándola con una S. En sus curvas no podría encontrar acomodo.
Quiso acompañarnos la lluvia. Me reconfortaba sentirla. Abrí la boca y exhalando un gran alarido calme la sed. Caían grandes gotas golpeando a las letras rendidas, ya, a no existir.
El caos que ahora tenia delante eliminaba mi desasosiego. Ahora a mi merced juntaría aquellas letras. Las grandes con las pequeñas, las góticas con las de imprenta, las arial con las antiqua. Quite el subrayado de algunas dejando que cayeran en su poca existencia. Estire a las cursivas vulgarizándolas.
Empecé a formar palabras. Palabras conocidas que habían habitado en mi. La primera fue LAGRIMAS, en una formación curiosa. La M sufría gigantismo. Una vez hecha la arrastre hasta un gran charco que la tormenta había dejado a la orilla de la carretera. Allí la ahogue sin dudas.
La segunda fue ESPERA. Até aquellas letras fuertemente con ramas que fui encontrando. Construí una especie de rueda con ellas. Lanzándola por un gran barranco,rebotó alocadamente hasta aquel fondo. Escuche un chasquido. La P se había quebrado y el resto se había perdido.
La tercera fue AYER. Las amontone con cuidado, hasta con mimo. Cogí una gran piedra y la coloque encima de ellas para que no pudieran liberarse.
Busqué letras minúsculas, insignificantes, que cupieran en mi mano. No fue fácil. Letras excesivas tapaban sus pequeñas formas. Escarbé hiriéndome los dedos hasta poder encontrarlas. Eran suaves, aterciopeladas. Tenían un brillo especial. Las junte y la cuarta fue AMOR.
Entonces hubo calma en la tormenta. El silencio resaltaba su existencia. Separé la letra A y dejé el resto como principio de palabras banales como MORCILLA, o venenosas como MORTAL. Un trueno me hizo estremecer. Sentí miedo. Volví a recomponer la palabra. Puede ser que con algunas no se pueda jugar y sabía que esta era poderosa. Pero ahora estaba a mi disposición. La rompí en pedazos hasta dejarla irreconocible. Ahora ya no podía llorar, había ahogado las LAGRIMAS. No pude ESPERAR porque la había despeñado, ni formaba parte de mi AYER puesto que lo había aplastado.
Me flaqueaban las fuerzas. Conseguí con gran esfuerzo juntar FUEGO con letras nerviosas. Las lancé al aire envueltas en llamas y cayeron sobre aquel abecedario desordenado, como si del mismo Averno surgieran las llamas que las devoraban tocando casi aquel oscuro cielo. En mi abandono, mi mano izquierda se abrió, dejando ver tres muy pequeñas letras que había guardado con gran recelo, las junte formando FIN, con mucho cuidado las puse sobre mi lengua y las trague con decisión. Me abracé a los restos de un gran S, que pudo ser parte de SIEMPRE o de SOLEDAD
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