Desfilaban en mis sueños palabras en una formación perfecta. Militar. El paso que marcaban al unísono retumbaba en mis oídos. Me secaba la boca. Se encontraban delante de mí, con una sobriedad paralizante, y no podía pronunciarlas. Hundí la cabeza buscando un suave reposo, huyendo de esa pesadilla, pero la almohada era realmente dura.
Estaba tumbada sobre el negro asfalto de una carretera en la nada. No existían paisajes que la rodearan, sólo cielo, un cielo oscuro. Amenazaba tormenta. Las palabras se acercaban con una clara intención arrolladora. Me anticipe abalanzándome sobre ellas, rompí aquella falange, hice saltar sus consonantes, pisotee las vocales, engullí los acentos.
Rodeada de un sin sentido, sentí clavarme las esquinas de una L, que agitada daba coletazos de rabia por no saber estar sola. La arrastre juntándola con una S. En sus curvas no podría encontrar acomodo.
Quiso acompañarnos la lluvia. Me reconfortaba sentirla. Abrí la boca y exhalando un gran alarido calme la sed. Caían grandes gotas golpeando a las letras rendidas, ya, a no existir.
El caos que ahora tenia delante eliminaba mi desasosiego. Ahora a mi merced juntaría aquellas letras. Las grandes con las pequeñas, las góticas con las de imprenta, las arial con las antiqua. Quite el subrayado de algunas dejando que cayeran en su poca existencia. Estire a las cursivas vulgarizándolas.
Empecé a formar palabras. Palabras conocidas que habían habitado en mi. La primera fue LAGRIMAS, en una formación curiosa. La M sufría gigantismo. Una vez hecha la arrastre hasta un gran charco que la tormenta había dejado a la orilla de la carretera. Allí la ahogue sin dudas.
La segunda fue ESPERA. Até aquellas letras fuertemente con ramas que fui encontrando. Construí una especie de rueda con ellas. Lanzándola por un gran barranco,rebotó alocadamente hasta aquel fondo. Escuche un chasquido. La P se había quebrado y el resto se había perdido.
La tercera fue AYER. Las amontone con cuidado, hasta con mimo. Cogí una gran piedra y la coloque encima de ellas para que no pudieran liberarse.
Busqué letras minúsculas, insignificantes, que cupieran en mi mano. No fue fácil. Letras excesivas tapaban sus pequeñas formas. Escarbé hiriéndome los dedos hasta poder encontrarlas. Eran suaves, aterciopeladas. Tenían un brillo especial. Las junte y la cuarta fue AMOR.
Entonces hubo calma en la tormenta. El silencio resaltaba su existencia. Separé la letra A y dejé el resto como principio de palabras banales como MORCILLA, o venenosas como MORTAL. Un trueno me hizo estremecer. Sentí miedo. Volví a recomponer la palabra. Puede ser que con algunas no se pueda jugar y sabía que esta era poderosa. Pero ahora estaba a mi disposición. La rompí en pedazos hasta dejarla irreconocible. Ahora ya no podía llorar, había ahogado las LAGRIMAS. No pude ESPERAR porque la había despeñado, ni formaba parte de mi AYER puesto que lo había aplastado.
Me flaqueaban las fuerzas. Conseguí con gran esfuerzo juntar FUEGO con letras nerviosas. Las lancé al aire envueltas en llamas y cayeron sobre aquel abecedario desordenado, como si del mismo Averno surgieran las llamas que las devoraban tocando casi aquel oscuro cielo. En mi abandono, mi mano izquierda se abrió, dejando ver tres muy pequeñas letras que había guardado con gran recelo, las junte formando FIN, con mucho cuidado las puse sobre mi lengua y las trague con decisión. Me abracé a los restos de un gran S, que pudo ser parte de SIEMPRE o de SOLEDAD
LOGICAMENTE
- KUA,khoi-khoi, kung, kamasi,hxaro, kauha,gauwasi,kia, n/um, KUA
- Jirafas, Leopardos y Búhos Lácteos. Llueve en el Kalahari.
- Tengo guardados millones de pasos para llegar a la Luna.
- En privado, juego a la primitiva.
- Barrí anoche las migajas de tu corazon de bacalao.
- Ay¡ ya no estas a mi lado. Que aplauda el silencio.
- La rana escribio un diario. Fue la razon de existir de Napoleon.
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