La casa donde me crié era una corrala, con todo el tufillo castizo de los Madriles. Las casas eran tan pequeñas que te obligaban a estar en los pasillos. Pasillos comunes en los que la convivencia no dejaba de ser otra casa compartida con el resto de los vecinos. Vecinos en estrecha convivencia no exenta de problemas. Problemas en las estrechas escaleras, que subías asomándote por la ventanas de las cocinas. Cocinas que no tenían ninguna intimidad. Intimidad anulada por aquellas vidas sólo al exterior. Exteriores eran los baños, o más bien retretes, uno por cada planta.
El casero decidió cerrar aquellos retretes, animado por una denuncia de urbanismo, e instalar un servicio en cada uno de aquellos hogares. Hogares con servicio, no llegaban a ser baños, no existía la bañera. Bañeras ausentes, pero presentes en el imaginario de los vecinos.
Se armó un gran revuelo, aquel sábado por la mañana, cuando el casero se presentó con una gran caja. Caja que contenía con mis ojos infantiles, millones de patitos de goma. Patitos de goma para todos los niños de la corrala. Celebraba así el casero el final de las obras de reforma.
A nuestros mayores aquel gesto no les pareció bien, muchos de aquellos patitos de goma fueron lanzados al patio, emitían un pitido cuando chocaban contra el suelo. Suelo salpicado de manchas amarillas que encogían el alma. Alma sensible era la de mi madre, que desobedeciendo las órdenes de mi padre dejo que me lo quedara en secreto. En secreto lo sacaba todas las noches de una caja de zapatos, de debajo de la cama. En la cama con una linterna bajo las mantas le prometía que pronto tendríamos una bañera en la que pudiera flotar.
La luz pobre de mi linterna, hacia que su amarillo fuera mas intenso. Intenso era el rojo de su pico, en el que se dibujaba una sonrisa. Sonrisa me provocaban sus grandes ojos tiernos y sus grandes pestañas, mirándome dulcemente.
Aquel rito nocturno poco a poco fue desapareciendo. Desapareciendo la necesidad que tenían mis manos de tocar aquella suave superficie de mi patito de goma. Patito de goma que fue olvidado en su caja de zapatos en un rincón de armario.
Después de una larga espera, mis padres decidieron añadir una bañera a aquel servicio. Servicio que pasaría a ser cuarto de baño. Cuarto de baño que se estaba construyendo con la llegada de una mini bañera. Bañera que me hizo buscar en el olvido a mi patito de goma.
Mi padre no llegó a comprender como una bañera podía hacerme tanta ilusión. Ilusión que interpreto con que pudiera tener algún problema. Problema era no recordar el rincón donde escondí al patito en secreto.
Las obran finalizaron, llegó el momento de bañarse, aquel acto tan vulgar se vivió como una fiesta. Fiesta era la que tenia preparada a mi patito guardado en su caja de zapatos. Caja de zapatos que no quise abrir para que no viera la sorpresa. Sorpresa la que se llevaría, había comprado un jabón súper espumoso para que flotara entre pompas de jabón multicolor.
La inauguración la hizo mi padre con prisas para no gastar agua. Agua abundante es la que utilizó mi madre dejando el baño impregnado de lavanda y vapor. Aquel vapor se pegaba a mi cara y a la tapa de la caja de zapatos.
Llene la mini bañera, me metí encogiendo las piernas para dejar espacio a mi patito de goma. Patito de goma ignorante de lo que le se iba a encontrar. Encontrarle en la caja no fue fácil, lo había guardado rodeado de algodón. Algodón que se había convertido en una especie de polvo casi cenizas.
Mis dedos lo encontraron entre aquellos desechos. Desechos estaban sus rasgos, su pico ya no era de intenso rojo. Rojo convertido en rosa sucio. Sucios sus ojos desdibujados. Desdibujada su pestañas dulces. Dulce amarga su sonrisa .
Eche jabón en el agua para limpiarlo, desaparecieron los pocos rasgos que le quedaban. La suavidad del jabón no conseguía convertir en suave aquel patito de goma cuarteada por el tiempo.
De sus casi inexistentes ojos cayo una lágrima turbia. Turbia se volvió el agua de aquella bañera. Bañera en la que flotaban trozos de goma cuarteada. Cuarteada se quedo la bañera cuando la vacié soltando el tapón del desagüe. Desagüe que se llevo a mi patito de goma.
Mi padre nunca consiguió que le contara mi secreto. Secreto que me costo un gran castigo por cargarme la bañera. Bañera en la que ya únicamente me ducho.
LOGICAMENTE
- KUA,khoi-khoi, kung, kamasi,hxaro, kauha,gauwasi,kia, n/um, KUA
- Jirafas, Leopardos y Búhos Lácteos. Llueve en el Kalahari.
- Tengo guardados millones de pasos para llegar a la Luna.
- En privado, juego a la primitiva.
- Barrí anoche las migajas de tu corazon de bacalao.
- Ay¡ ya no estas a mi lado. Que aplauda el silencio.
- La rana escribio un diario. Fue la razon de existir de Napoleon.
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